sábado, 20 de diciembre de 2008




la tía Lucy nos escribió
La ultima vez que yo hable con la mama por telefono fue en Julio del 2003. A lo mejor me equivoco, pero creo que despues de esa vez ya no podia hablar ella, al menos por telefono. A Uds les extranaba que ella pudiera hablarme por telefono. Lo que yo hacia era darle todo el tiempo que hiciera falta hasta que ella pudiera decir las palabras que tenia en mente. Esta vez las palabras las tenia en el corazon, era el dia en que me iban a operar por el cancer. Despues de mucho esfuerzo las pudo pronunciar. Me pregunto: Y tu alma esta bien?

Yo esto no lo olvido, es lo mas que quiero recorda de ella junto con esa sonrisa llena de entusiasmo con que nos miraba cuando ya no podia hablar.

Pienso que la forma mas bonita y valiosa de honrar su memoria es que la dejemos que nos pregunte a cada una : Y tu alma esta bien?

Despues tendremos que hacer lo que haga falta, que siempre es tan facil, para poderle contestar: si mama, mi alma esta bien. Si abuelita, mi alma esta bien. Si tatarabuelita, mi alma esta bien. Si Senora Ines, mi alma esta bien.

A ella ahora le interesa todo lo nuestro, desde luego que le interesan los asuntos de posibles pololos y demas, pero nada le interesa tanto como el estado de nuestra alma porque quiere que estemos gozando con ella en el cielo.

En este primer aniversario de su vuelo al cielo, le mando a todo el clan un abrazo muy fuerte.

Lucy



Apareció en el Mercurio el día 20.12.08
INÉS LLONA DE JOHNSON
Hace un año se marchó al cielo una muer excepcional, sencilla y grande a la vez, como lo hizo notar su hijo Hernán en la Misa de funeral. Inés Llona Reyes, viuda muy joven de Horacio Johnson Gana, mujer de un temple de acero, de una solidez cristiana imperturbable, reciedumbre vasca y una gran fortaleza, fruto de una fe gigante. Tuvo la gracia de saber transmitir su fe, su sobria piedad, sus entusiasmos divinos y humanos sin discursos ni razonamientos, simplemente irradiaban de su propia vida.
No hubo adversidades para ella, sólo voluntad de Dios, que enfrentó siempre con realismo, energía y mucha fe. Gozadora de la vida, amante del campo, donde pasó gran parte de su vida, de las flores, del mar, de un paisaje en cualquier rincón de Chile, a donde siempre estuvo lista para partir.
Marcada por el campo, vivió pendiente del barómetro, el que consultaba no más despertar y ofrecer a Dios un nuevo día. Se deleitaba viendo llover, mirando los animales o contemplando una siembra de trigo que recién despuntaba. Compartió las tradicionales manifestaciones de piedad con su familia y con los trabajadores de El Carmen de Huechuraba; el Mes del Sagrado Corzón, el Mes de María, la Novena del Niño, la procesión con el Santísimo al término de las Misiones. Quiso a toda esta gente como a los suyos y se preocupó de ellos material y espiritualmente. No por casualidad llamaron a su equipo de fútbol Club Deportivo Reina Inés. Amó a Chile apasionadamente, y se dedicó con entusiasmo a la política cuando las exigencias familiares lo permitieron. Trabajadora incansable, como la mujer fuerte del Libro de Los Proverbios, tenía siempre una labor entre manos; tejía, podaba árboles, hacía injertos, o revolvía una enorme paila de dulces. Aprendió nada menos que de labios del propio san Josemaría Escriva de Balaguer, quien la conoció bien, que todo su trabajo era materia de santificación. Un baluarte, un hito, una referencia, para la magnífica descendencia que dejó: 12 hijos, 73 nietos, 221 bisnietos y dos tataranietos. Orgullosa de su aporte a este Chile que se hace viejo. Nos dejó a sus descendientes una vara muy alta. Qué desde el Cielo nos ayude a mantener vigente su legado!
B.J.LL.

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