sábado, 13 de junio de 2015

en el día de su funeral

Por Dios que debe estar contenta Por Dios que debe estar contenta la mamá! Y no lo digo porque la católica haya logrado clasificar agónicamente a la Copa sudamericana, o por que Chile ya está con equipo completo y sin lesionados para la Copa américa. Lo digo por la cantidad de gente que la debe estar abrazando en este momento en el cielo. Me refiero a todas esas personas a las que la mamá cuidó, visitó, regaloneó; mientras estas estaban enfermas. En este preciso momento, la deben estar abrazando además del papá y la abuelita Inés, la Titina, la Tía Mary, la tía Valentina, la tía Marta Llona, la tía María Borgoño, el tío Horacio, la Elena Armstrong y tantas otras personas anónimas que nosotros ni siquiera conocíamos y a los que la Inés visitó en forma permanente mientras sufrían alguna enfermedad. La mama tenía una debilidad especial por acompañar y ayudar a los enfermos. Me acuerdo que se pasaba días completos al lado de la cama de la tía Valentina o de la Tía Marta Llona, simplemente acompañándolas. Como estarán regaloneándola y retribuyéndole ahora en el cielo, todo ese cariño que ellas las dio acá en la tierra. Esta característica de preocupación por los demás de la mamá, en realidad era en todo ámbito. La Inés era una verdadera máquina de resolver angustias ajenas. Cualquier situación de agobio o de problema que se diera, ella era la primera en partir a donde fuere. Algún sobrino sin trabajo, algún primo sin nana, algún pariente en apuros de plata, eran un resorte para que comenzara a funcionar el Huracán de solucionas practicas y concretas. La Inés era el sentido practico, hecho carne. Quizás por esta misma característica mantenía una base de datos personales siempre actualizadísima de toda la familia. La Inés fue la creadora del concepto “call center 24 horas al día”. Siempre la llamaban de diferentes partes. Para preguntarle todo tipo de datos prácticos, como por ejemplo la ubicación de calles de Santiago, en las comunas más remotas. Y por esto mismo también, tenía un sentido de la ubicación completa de todo el gran Santiago, ya que lo había recorrido de punta a cabo haciendo las más diversas diligencias. Diligencias. Cuando la mamá salía de la casa y éramos chicos y la escuchábamos decir que iba a hacer una diligencia, pensábamos que se iba a subir a un carretón con caballos como en las películas del oeste. Si alguien por ejemplo, necesitaba el número de teléfono de un sobrino que se había ido a vivir a Hong Kong o a Antofagasta, la Inés lo tenía apuntado en su libreta. Con el código de larga distancia y todo. Todos estos servicios a los demás ella los hacía en silencio, sin cacarear. Bueno, pero además de estos desvelos para con los demás, que la ocupaban por completo, junto con el amor a Dios, las grandes pasiones de la mama, sin duda fueron dos. Sus amigas compañeras de curso del Villa María y el fútbol. Las chiquillas, Estos eran espacios sagrados para ella, en donde ni siquiera el papá podía penetrar. Daba gusto ver que sin existir motivación alguna que diera origen a alguna celebración, la Inés se juntaba con sus amigas. Eran reuniones impenetrables para cualquier ser ajeno a ese grupo. Adentro de ese círculo existían códigos, un lenguaje y sentido del humor únicos, absolutamente restringido sólo para las “Chiquillas”. Siempre nos llamó la atención que la mamá trataba de usted a sus amigas, la explicación de esto se debe a que cuando entró al colegio, viniendo de Huechuraba, les debía respeto a sus compañeras de Santiago y ella no se atrevía a tutearlas. Hasta el último día, nunca lo hizo. El fútbol, la católica. Esto si que era serio. Rodeada de muchos hermanos hombres, buenos para el fútbol, la Inés alimentó a lo largo de toda su vida una pasión incondicional por el fútbol y por la Católica. Para graficar el nivel de pasión, basta con recordar aquella oportunidad en que fue citada a una reunión de apoderados del colegio, justo a la misma hora en que la católica jugaba una semifinal de copa libertadores. Ella ideó la solución para poder hacer las dos cosas al mismo tiempo. Ir a la reunión con una pequeña radio a pilas escondida en la cartera, a la que le puso un audífono que ocultaba apoyando su mano sobre la oreja. Pero no pasó inadvertida, ya que luego de un movimiento brusco, el audífono se desprendió de la radio y se escuchó la voz el locutor relatando el partido a todo volumen. La Inés intentaba apagar la radio pero mientras más botones apretaba más le subía el volumen. Las otras mamás no lo podían creer. Esta pasión hizo que recorriéramos estadios de todo Santiago para seguir a la católica y también ir a ver la final de la copa libertadores cuando Cobreloa jugó con Peñarol en el estadio nacional. Por todo lo anterior, no es raro que el día viernes cuando murió, estaba viendo el partido de Chile. Mamá ahora sí, le prometo que este segundo semestre, con su ayuda desde arriba, la Católica será campeona. ISIDORO
TIA INES INES JOHNSON, sinónimo de generosidad. Durante todo el tiempo que conozco a la tía Inés siempre me ha sorprendido su energía y motivación por vivir para los demás. - Recuerdo cuando mi hermano menor Manuel Francisco tenía un año y se quemó muy feo con un café que yo me había preparado para estudiar (o hacer como que estudiaba). Mi mamá no estaba, no había auto y estábamos en el fundo. ¿a quien recurrí? A la tía Inés, quien llegó rauda en su Volkswagen verde y nos llevó al Hospital San José donde curaron al Quizco. - Cuando mi mamá venía a Santiago desde Los Andes a tener sus guaguas se quedaba en la casa de la tía Inés. - Cuantas veces nos invitó a Con Cón. A toda la familia con cuanto cariño. ¡Cómo nos ha unido!. - Cuando una vez mis padres se fueron de viaje y nos fuimos a alojar a la casa de la tía Inés. Yo debo haber tenido 11 años, nos acostamos con luz de día y nos levantaron oscuro, fuimos a misa (creo que de 6 am) y luego al colegio donde llegamos estando todavía oscuro, siendo los primeros en llegar por casi una hora. - Cuantas veces me quedé a alojar en Matilde Salamanca. - Recuerdo la hora del té en su casa, era memorable, siempre había harto pan tostado y nunca faltaba el paté. - Recuerdo los distintos Volskwagen Escarabajo que tuvo, muy ruidosos y sin radio. Tantas veces que nos trasladaba. Me acuerdo cuando le pregunté por qué no prendía la radio del auto y me dijo que no le gustaba oir radio porque “le daba calor”. Solo oía los partidos de fútbol. - Me acuerdo cuando entré a la universidad y me recibía en su casa como si fuera mi casa. Yo la llamaba por teléfono público desde Pío Nono para que me convidara un mendrugo y ella me retaba que no era necesario avisar. - Me acuerdo que uno llegaba a esa casa y era una casa abierta, siempre había alguien. Su casa realmente era un punto de encuentro de todos los de Huechuraba. - Luego llegó la abuelita Inés y fue aún más concurrida la casa. - Cuando el tío Horacio estuvo enfermo la tía Inés no se movió de su lado. - Su preocupación por la tía María Borgoño, la tía Marta y por cuantas personas necesitadas. - Escribiendo esto me acordé de la parábola del Buen Samaritano. La tìa Inés se habría detenido igual que el Samaritano, habría llevado al enfermo a la posada y no sólo habría pagado la cuenta, se habría quedado cuidando al enfermo. GRACIAS TÍA INÉS. ¡CUANTO LE DEBEMOS! FELICIDADES POR SUS 80 AÑOS. Juan Rafael Arnáiz ________________________ Querida familia, Hoy, Domingo de Corpus Christi, y ultimo de este curso anual en el que estoy ayudando, lo he pasado saliendo a pasarlo bien con las agregadas. Esto no me impide estar muy unida a Uds., recordando a la Ines y pidiendo por ella. No dejo de imaginarla contentisima en el cielo con Dios Trino, la Virgen,Clemente, todos los Johnson, san Josemaria. Estoy segura que san Josemaria le habra agradecido por todo lo que hizo en favor del Opus Dei, y le habra gastado una broma porque se escapo de ser de la Obra. Supongo que la Ines habra instigado una gran reunion familiar aqui en la tierra y que todo alrededor de su funeral habra sido un ejemplo de lo que es ser familia. Algo que dara mucha alegria al Santo Padre en este ano aunque no sepa nada de ello directamente. Otro abrazo para todos, Lucy ___________________________ Querida familia, Cuanto me gustaria estar ahi entre todos despidiendo a la Ines y disfrutando de la compania de todos. Pero no es posible. A medida que pasan las horas, tomo mas conciencia de lo que estamos viviendo: La mayor de la familia, ha concluido su mision. La cabeza, entre los hermanos nos ha dejado. Me han llegado tantos mensajes, me emocionan sobre todo los de Roma, donde recuerdan a la Ines con tanto carino y aprecio. Como me decia una: la Ines no era de la Obra porque "soy muy mandona y tendria que ser la directora", decia ella misma. Yo le debo el que me haya ayudado al principio de mi vocacion con consejos muy sabios. Despues, un dia conversando, me dijo que lo que la hacia mas feliz a ella era el deber cumplido. Siempre recorde eso y me ha ayudado a superar la flojera, en mas de una ocasion. La Ines no era nada floja, verdad? Yo creo que ella nos dio la pauta, a las mujeres, por lo menos, para aspirar alto y no quedarnos en mediocridades. Nos inspiro a dar lo mas que podiamos cada una. No quiero decir que los hombres salieran mediocres, sino que la Ines, siendo mujer, no seria para ellos un modelo. Que bonito imaginarnos el cielo; esa reunion familiar de los que se nos han ido. De que hablaran? Me encanta pensar que estaran dispuestisimos a interceder por todo lo que les pidamos. A mi me gusta pensar que cuando el clan Johnson clama unido, el Senor y la Virgen dicen:"no tenemos mas remedio que hacerles caso". Bueno, me dejo de consideraciones, y les mando a todos un abrazo, y a la Ines, que le den un beso de mi parte con el que le digo gracias porque acabaste tu mision y nos diste muy buen ejemplo. LUCY

nuevas entradas